La preparatoria, ese momento en la vida que para muchos parece durar una eternidad pero que una vez superado se recuerda con nostalgia y cierta gratitud. No solo es la puerta de entrada a la universidad o al trabajo, es mucho más que eso. Es una etapa en la que los jóvenes no solo se preparan académicamente, sino que también comienzan a descubrir quiénes son, qué les gusta y qué camino quieren seguir.
Es cierto que la preparatoria tiene como objetivo preparar a los estudiantes para continuar sus estudios o para ingresar al mundo adulto. Sin embargo, esta fase de la vida va mucho más allá de las materias obligatorias como matemáticas o historia. Durante estos años, muchos jóvenes descubren sus verdaderas pasiones, ya sea en el arte, la música, el deporte o la ciencia. Las actividades, las clases o los equipos deportivos se convierten en espacios donde pueden expresarse y explorar sus intereses.
No todo el mundo tiene claro desde un inicio qué quiere estudiar o a qué quiere dedicarse en la vida, y está bien la preparatoria es el lugar donde te das la oportunidad de probar diferentes cosas, cometer errores y aprender de ellos. Y sobre todo, es un momento para aprender que el éxito académico no lo es todo; lo que realmente importa es el crecimiento personal.
Si algo caracteriza a la preparatoria es el descubrimiento de la responsabilidad. Este es el momento en que los jóvenes comienzan a darse cuenta de que las decisiones que tomen ahora afectarán su futuro. Ya no están bajo la supervisión constante de sus padres, y poco a poco se enfrentan a decisiones importantes, como elegir una carrera, gestionar el tiempo entre estudios y actividades personales, o incluso asumir su primer trabajo.
La preparatoria también es un espacio para aprender a fallar y levantarse. Muchas veces, se idealiza esta etapa como un tiempo perfecto lleno de éxitos y diversión, pero la realidad es que también puede estar llena de dudas, fracasos y decepciones. Y es justamente en estos momentos cuando los jóvenes desarrollan fortalezas y aprenden a seguir adelante.
Al final, la preparatoria no se trata solo de obtener buenas calificaciones o prepararse para el siguiente paso. Se trata de crecer como persona, de entender que el mundo es mucho más amplio y complejo de lo que creías, y de aprender a navegarlo con empatía, responsabilidad y determinación.
Es un periodo donde aprendes que está bien no tener todo resuelto, que es válido cambiar de opinión y que los tropiezos son parte del camino. Es un espacio para descubrir que la verdadera educación no solo está en los libros, sino también en las personas que te rodean, en las experiencias que vives y en cómo te enfrentas a los desafíos que se presentan.
Ustedes contarán con formación para líderes?
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ResponderBorrarExacto !!
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