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¿Cursar o prepararse? 


He ahí el dilema con el que se cruza en muchos de los casos jóvenes y familias quienes ponen sus expectativas profesionales, familiares, quizá en un documento.

Las razones por las cuales la sociedad nos dice que debemos prepararnos, no siempre son tan claras como para entender que no solo necesitamos un documento que valide la "preparación académica" que vamos a adquirir no solo en el bachillerato, sino también en la universidad o tecnológico donde vayamos a continuar esta laboriosa tarea. 

Es por ello que quizá algunos jóvenes pierden el rumbo u horizonte, quedando confundidos sobre el tema incluso de lo que desean terminar haciendo con su vida productiva, profesional y personal.

Es entonces, tarea o labor de la institución que los abriga, colocar actividades, formas, oportunidades, donde ellos, los jóvenes, puedan verse obligados a elegir qué hacer con toda su capacidad o talento.
Actividades u oportunidades que toquen su mucha o poca sensibilidad que dentro de sus hogares adquirieron o están desarrollando.


Y si, algunas instituciones, escuelas, colegios, etc. podrán decir, "pero aún y dándoles las oportunidades no las aprovechan"...Quizá con toda la razón; sin embargo, ¿Quién es de esperar que esté o se encuentre mejor preparado para asumir dicha responsabilidad?, el joven o la institución?, el joven o el adulto?

Cursar una escolaridad no es garantía para pensar que cuentan con más habilidades, capacidades o competencias, incluso a nivel superior, licenciaturas o ingenierías; hay que intentar, equivocarse, dentro del tiempo en que se cursa y aprovechar a bien todas las oportunidades que pasen por enfrente de la vista de cada joven, persona o individuo.


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